Días después, saliendo
de clases, un par de amigos nos subimos en la 73A para acompañarnos parte del
camino de regreso a casa y una le dijo al otro: “El otro día vi un vídeo de
Youtube, que hicieron en una universidad de Canadá, me pareció bravazo y creo
que lo podríamos hacer para celebrar el centenario de la FAUA” después de
entusiasmarse el uno al otro ella volvió a decir “Estamos en taller ocho, eso
significa que si nos ponemos las pilas, el próximo año egresaremos por fin;
¿Qué te parece si prometemos juntos egresar en el centenario de la FAUA,
organizar nuestra graduación, y que nuestra promoción se llame Promoción
Centenario y además hacer un LipDub para celebrar el centenario de la FAUA?
Esa noche de finales
del 2009 ambos hicieron esa promesa entre bache y bache en los asientos
traseros de la 73A, él empezó a elaborar este blog para convocar a la gente;
ella comenzó a escribir en el blog, posteando vídeos de varios LipDubs para
entusiasmar a la gente; ella había conseguido un buen trabajo ese verano; pero
a inicios de abril estaba tan convencida de que quería cumplir esa promesa que
no le importó renunciar a ese trabajo para dedicarle más tiempo a tooooodas las
cosas que se había propuesto para ese año; entre ellas el LipDub por el
centenario de la FAUA .
La idea fue desde el
principio celebrar a nuestra FAUA mostrando un lado diferente; un lado que
nunca se mostraba; todos sabemos lo difícil que es y ha sido ingresar, lo
difícil que es sobrevivir a la carrera y egresar, lo matado de las amanecidas y
entregas; las renuncias a la vida familiar y amical fuera de los muros de la
universidad; pero no todos sabían que entre las amanecidas, el stress y el
rigor académico existía una comunidad universitaria vibrante, llena de vida y
entusiasmo; y fue en ese ánimo que se convocó a los voluntarios.
Aun así, poco a poco
ella vio cómo él tenía cada vez menos tiempo para dedicarle al LipDub, y a
pesar del desánimo; notó que cada vez más gente se sumaba a la idea; sobre todo
los egresados; pero también los cachimbos y los alumnos de taller 2; así como
un buen grupo de personas que como ella, se graduarían ese centenario.
Reuniones de
coordinación eternas, votaciones para canciones y más gente sumándose, muchas
personas aportándole un sol a la FAUA
para poder comprar y alquilar todas las cosas que necesitaríamos para la
grabación, muchas personas sumando ideas; pero también gente criticando (Como
en toda facultad de arquitectura del Perú). Desde el privilegio del anonimato nos
llamaron piojosos, poseros, sarnosos; nos dijeron que nos robábamos la plata de las
donaciones para comer pollos a la brasa en Habich; nos dijeron que no
representábamos a nadie y algunos incluso que les avergonzaba lo que hacíamos y
que era mejor hacer un documental sobre cómo aprendíamos en los talleres y las
aulas. Los más intelectuales nos dijeron que ¿Cómo éramos capaces de pretender
que se celebraban 100 años de la FAUA, si esta como facultad solo existía desde
hacía unas cinco décadas? (Desconociendo toda nuestra historia como
Departamento de Arquitectura de la Escuela Nacional de Ingenieros, ahora UNI) y
nos “sugirieron” que no celebrásemos el centenario de nuestra facultad sino el
“Centenario de la enseñanza de la arquitectura en el Perú”
Pasados los años a
nadie le queda la duda de que en ese momento nuestra FAUA cumplió un siglo; y
en ese entonces se organizaron diversas actividades académicas, culturales y
protocolares para celebrarlo; así que decidimos seguir con nuestros planes
contando para ello también con el apoyo de muchos profesores ¿Cómo pasar por
alto todo el apoyo que nos brindó la Arq. Rosario Pacheco? ella en ese tiempo ejercía un cargo administrativo
y nos concedió los permisos para utilizar el auditorio y varios ambientes de la
facultad, ¿Cómo olvidar el entusiasmo de la Arq. Bárbara Montoro? ella sin
pensarlo 2 veces trajo desde su casa sus implementos de jardinería y se vistió
para la ocasión el día de la filmación; ¿Cómo olvidar al Arq. Nikita Smirnoff
quien muy a su manera nos dio su bendición?, ¿Cómo olvidar las palabras de aliento de los arquitectos Ferreira, Espinoza, Villacorta, Guzmán y del inigualable Milton Marcelo?, ¿Cómo no recordar que aunque algunos arquitectos no
entendían muy bien de qué iba el vídeo igual quisieron participar para filmar
algunas secuencias? ¿Cómo olvidar que el día de la filmación fue tal vez el
único día en que se suspendieron (Aunque momentáneamente) todas las clases de
Taller de Diseño Arquitectónico y que todos los jefes de taller bajaron al Hall
para saludar a las cámaras? A todos los maestros que lo hicieron posible muchas
gracias por su apoyo en aquel momento.
Incluso Diana Paúl que en ese entonces se iniciaba como actriz
y cantante luego de egresar de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático nos prestó
10 pelucas para la filmación, las mismas que fueron acaparadas en su totalidad
por alumnos del Taller 2; a los que finalmente el Arq. Cervantes no les daría
permiso para salir del taller durante la filmación. Daniel Brenis, en ese
entonces egresado y hoy destacado arquitecto, paisajista y profesor prestó una
cámara de vídeo que en última instancia no fue utilizada; pero que nos sirvió
para hacer todas las pruebas necesarias. Finalmente grabamos con la cámara de
Helio Wong, quien con mano firme y con el apoyo de un steadycam construido para
la ocasión por José Antonio Otoya trabajó interminables jornadas; José Antonio además
terminó en el rol de director de escenas (El rol menos deseado pues ante el
alto nivel de exigencia a los “actores” siempre se termina con algunos
sinsabores e incomprensión); con Rosario Ariza, alias “Charito”, compramos un
altavoz para el día de la filmación que luego donamos al CEA; ella, junto a
José Antonio, Ana Cuba, y la chica del sueño loco; fueron tal vez los que más
se comprometieron con el proyecto; el mismo que no habría sido posible sin el
apoyo incondicional de Gerardo Patiño, quien en sus constantes excursiones a
“globilandia” nos ayudó a conseguir no solo globos sino también balones de helio, y que
además, junto con Helio (Helio Wong) fueron claves para conseguir alquilar y
transportar los disfraces de Caquetá; también con a algunos chicos fuimos de
incursión al Mercado Central a comprar cotillón y algunos kabukis (Que
finalmente alguien por error activó en el ensayo general; por lo que no salen
en el vídeo); y por otro lado Raquel Rodríguez junto con Charito y Anita
pusieron la cuota histórica proporcionando fotografías de la construcción del
actual local de la facultad, y de los arquitectos Córdova, Pimentel y Belaunde Terry (Ex Decano FAUA y ex
presidente de la república). Gracias a todos ellos, pues finalmente después de
tanto esfuerzo ninguno salió ante cámaras sino que todo el tiempo estuvieron
haciendo malabares tras el lente.
Y gracias también a
tantos chicos que no conocíamos pero que se sumaron con mucho entusiasmo a la
producción, coordinación y filmación; alguno consiguiendo un trampolín prestado
por todo un día; otro metiéndose por completo en el papel del súper héroe,
otros trayendo sus patinetas, baterías, guitarras, bajos a la filmación; algunas chicas trayendo sus
propios disfraces y elaborando sus carteles, otras que se fueron a Gamarra a
comprar polos, otros inmolando sus maquetas, algunos haciendo piruetas y otros
aprendiéndose la letra; tantos chicos que nunca pudimos aprender todos sus
nombres pero que en los nombres de Raúl, Laura, Alexander, Liliana, “Chunga”,
Cerasil, “Bisalaya”, “La Roca”, Adriana, “Roro”, “Ucharima”, Natalia, Arturo, Lisset, Adolfo
y Fabio esperamos poder agradecerles.
Finalmente nunca
pudimos terminar de filmar, el día de la filmación nos cogió la noche sin terminar
todas las escenas; también nos quedamos sin recursos económicos y el día del
aniversario presentamos solo un tráiler con la idea de volver a hacer una
colecta para terminar de filmar luego y lanzar el verdadero LipDub antes de fin
de mayo de 2010. Pero como siempre: las entregas, los exámenes, las tesis, los
trabajos, tal vez también la crítica inmisericorde; más tarde ya los esposos y
esposas, los hijos, los viajes, las maestrías, las distancias, el tiempo y
también la vergüenza fueron postergándolo todo. Se perdieron muchas de
las grabaciones originales; pasaron 10 años y tuvo que llegar un virus, una
pandemia, una cuarentena, y un oportuno mensaje de recordatorio de la arquitecta Bárbara Montoro para que por
fin esta chica del sueño loco pudiera buscar y encontrar los vídeos de hace 10
años y terminar con ese proyecto que llevó tanto tiempo inconcluso.
A todos pedimos mil
disculpas por la demora y mil disculpas también por la calidad del vídeo; todos
somos ahora arquitectos (muchos incluso prestigiosos) y todos amamos la
perfección; pero recuerden que hace 10 años no habían Iphones, smartphones, ni cámaras alucinantes y baratas a disposición
de estudiantes; el guión original se ha perdido y tal vez lo que empieza como
un LipDub termina como un collage; pero dentro de todo ha sido muy emotivo ver
y editar esos vídeos y a través de ellos divertirnos recordando lo que para
muchos fue quizá el día más loco de su vida universitaria.
Felices 110 años FAUA
querida, tal vez para los 120 alguien te celebre mejor que nosotros; pero hasta
hoy, nadie nos quita lo cantado.